Las reacciones adversas a la medicación (RAM) son una causa importante de morbilidad, especialmente entre los ancianos.
Los criterios de Beers incluyen una serie de fármacos que se considera de riesgo en ancianos: incluye 41 fármacos o familias de fármacos que se consideran inadecuados en cualquier circunstancia y 7 que se consideran inadecuados en determinadas circunstancias o dosis.
Inadecuadas siempre | Inadecuadas en ocasiones | ||
Gravedad alta | Aceite mineral Amiodarona Amitriptilina Anfetaminas (excepto metilfenidato) Anorexígenos Anticolinérgicos y antihistamínicos Antiespasmódicos gastrointestinales Barbitúricos (excepto fenobarbital) Benzodiacepinas de vida media larga Clorpropamida Disopramida Doxepina Guanadrel Guanetidina | Indometacina Ketorolac Meperidina Meprobamato Mesoridacina Metildopa Metiltestosterona Nitrofurantoína Orfenadrina Pentazocina Relajantes musculares y antiespasmódicos Tioridacina Ticlopidina Trimetobenzamida | Fluoxetina (diaria) AINE de vida media larga Benzodiacepinas de vida media corta Laxantes estimulantes |
Gravedad baja | Cimetidina Clonidina Ciclandelato Dipiridamol Doxazosina | Ergotamínicos Estrógenos orales Ácido etacrínico Isoxsuprina Propoxifeno | Digoxina (>0,125 mg/d excepto en arritmias) Sulfato ferroso (>325 mg/d) Reserpina (>0,25 mg/d) |
¿Qué fármacos son los principales responsables de las reacciones adversas a medicamentos en ancianos?
Los ancianos son un grupo de alto riesgo para presentar RAM.
En ellos coinciden varios factores. Por un lado, es conocido que la farmacocinética de los fármacos en los ancianos es diferente que en pacientes más jóvenes y los fármacos presentan tendencia a acumularse. Además, los pacientes de edad tienen problemas con el manejo de los medicamentos tanto por exceso como por defecto. Por último, el número de medicamentos que toman las personas tiene tendencia a aumentar con la edad, lo que hace que las personas mayores estén más expuestos a las RAM. Se calcula que el 40% de las personas >65 años toman ≥5 medicamentos diferentes cada semana.
La primera medida a adoptar es evitar la prescripción de aquellos fármacos que presentan un balance riesgos-beneficios inaceptables. En 1991 un grupo de expertos definió los criterios de Beers, que han sido revisados en dos ocasiones posteriormente y que incluyen los fármacos que deberían evitarse en los pacientes ingresados en centros sociosanitarios. Presentaban mayor riesgo medicamentos de los que no se puede prescindir, dado que son imprescindibles en situaciones clínicas frecuentes.