La presión arterial se caracteriza por una marcada variación circadiana, experimentando fluctuaciones a lo largo de las 24 horas dependiendo del período de actividad/descanso. La cronoterapia en hipertensión se define como la administración temporalizada en el periodo del día del tratamiento antihipertensivo con el objetivo de aumentar su eficacia y reducir la presencia de una presión arterial no-dipper (no desciende con el reposo). Además, contribuye a mejorar el cumplimiento del tratamiento y minimiza los efectos secundarios, por lo que constituye una alternativa terapéutica para mejorar el control del paciente hipertenso.
En función del perfil circadiano de presión arterial de cada paciente, y supone un avance en la optimización del control de la hipertensión arterial y en la reducción del riesgo cardiovascular del paciente hipertenso. No obstante, hay que advertir que no se puede decir que todos los pacientes deben tomar sus tratamientos a la misma hora.
los resultados del estudio prospectivo a largo plazo MAPEC (monitorización ambulatoria de la presión arterial en la predicción de eventos cardiovasculares), realizado por investigadores del Laboratorio de Cronobiología de la Universidad de Vigo, diseñado específicamente para investigar si la ingesta de al menos un medicamento antihipertensivo antes de acostarse proporciona mejores resultados clínicos (prevención de eventos cardiovasculares) frente a la toma de todos los fármacos a primera hora de la mañana.
La población participante pertenece al área sanitaria de Santiago de Compostela, incluyendo a mayores de 18 años con hipertensión que era o no tratada o mal controlada. Un total de 2.156 pacientes hipertensos, 1044 hombres/1112 mujeres (55,6±13,6 años), fueron asignados aleatoriamente a ingerir todos sus medicamentos para la hipertensión prescrito al despertar o uno o más de ellos antes de acostarse.
Al inicio del estudio, la presión arterial se midió mediante MAPA durante 48 horas y se realizó una evaluación clínica y analítica, que se repitió anualmente o cada 3-4 meses si era necesario ajustar el tratamiento antihipertensivo. La actividad física se monitorizó simultáneamente por actigrafía de muñeca para determinar con precisión el principio y el final de la actividad diurna y sueño nocturno.
Durante una media de seguimiento de 5,6 años (rango 0.5-8.6) hubo 255 eventos de resultado primario (40 muertes, 35 infartos de miocardio, 43 angina de pecho, 26 revascularizaciones coronarias, 31 eventos cerebrovasculares, 41 paros cardíacos, 17 casos de enfermedad oclusiva aorto-ilíaca y 22 oclusiones trombóticas de la arteria de la retina). Los pacientes que tomaban al menos una parte de sus medicamentos antihipertensivos antes de acostarse fueron significativamente menos propensos a tener un evento cardiovascular que los que tomaron todos los medicamentos en la mañana, con 68 frente a 187 eventos en los dos grupos (RR: 0,39; IC 95%: 0,29-0,51, p <.001).
La diferencia en los principales eventos cardiovasculares, incluyendo muerte cardiovascular, infarto de miocardio, ictus isquémico y hemorragias cerebrales también fue significativa (55 frente a 18 eventos, RR:0.33; IC 95%:0,19-0,55, p <.001). Los pacientes en el grupo de administración a la hora de dormir también parecían tener un mejor control de la presión arterial en el MAPA.
Los autores concluyen que la administración de al menos un medicamento antihipertensivo al irse a dormir dio un mejor control de la presión arterial y una disminución de riesgo de ECV, y recomiendan que esta cronología del tratamiento de la hipertensión sería una intervención coste-efectiva, con beneficios significativos en los resultados clínicos.