La sanidad pública española también está aquejada de este mal, sobre todo la más vulnerable, la Atención Primaria. Los presupuestos sanitarios disminuyen a expensas del capítulo de personal y lo hacen más en los centros de salud que en los hospitales. Al disminuir el presupuesto se castiga a los profesionales y a los que reciben el servicio que nunca podrá ser de la misma calidad, no nos engañemos.
La precariedad disminuye la calidad clínica e incrementa los errores sin disminuir el coste.
La precariedad daña la salud de pacientes y profesionales.
La precariedad es, de hecho, una forma de maltrato y una falta de respeto, una indignidad para profesionales y pacientes.
La precariedad sanitaria afecta más a mujeres jóvenes y, por ejemplo, en su impacto vital global modifica/impide planes de maternidad/paternidad. Entre el trabajo "en propiedad" y la precariedad hay soluciones al tiempo científicas, humanas y racionales que mejoran el resultado en salud en pacientes y profesionales.
La precariedad profesional sanitaria daña la salud y en defensa de la equidad y de la solidaridad, manifestamos:
1. La precariedad laboral sanitaria es un símbolo del desmantelamiento del sistema sanitario público que concierne al conjunto de la sociedad. Por ello animamos a sumarse a este manifiesto a las personas individuales y a las organizaciones colectivas.
2. La precariedad laboral sanitaria incumple en muchos casos la legislación laboral, introduce inseguridad jurídica y es un abuso justificado por intereses particulares y/o privados. Por ello recurriremos a la vía legal en todos los niveles.
3. La precariedad laboral sanitaria responde a un gerencialismo sin categoría, que convierte en "gestores" a simpatizantes del partido en el poder y cuya formación, si alguna, es muy deficiente. Por ello exigimos la profesionalización de quienes gestionan el sistema sanitario público.
4. En muchos casos se pretende una desreguralización arbitraria pues no se cumplen ni las más mínimas normas pactadas respecto a las bolsas de trabajo, convocatorias de plazas, situaciones de excepción y reposición de puestos de trabajo. Además, falta toda planificación a medio y largo plazo de necesidades de personal que permitan dar respuesta a los problemas de salud de pacientes y poblaciones. Por ello pedimos el cumplimiento de los pactos y la visión de futuro que precisa la gestión del personal sanitario.
5. Puesto que la precariedad laboral sanitaria es un símbolo del desmantelamiento del sistema sanitario público elaboraremos propuestas concretas sobre sus causas y soluciones, para presentar a los partidos políticos de forma que se pronuncien ante las mismas.
6. La precariedad laboral sanitaria no es una situación transitoria ni nueva pero sí muy intensificada durante los últimos años. Forma parte de un diseño que busca el deterioro del sistema público para reducir su aprecio.
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