Pero para ello es necesario que el médico sepa preguntar, y sobre todo escuchar.
La decisión clínica compartida no es una receta, o la ilusión de un político, es un proceso humano que se construye a partir del diálogo y la confianza. Y si se da, ya verán como el paciente más reacio acabará eligiendo, convencido de que lo que ha decidido es lo que más le conviene, dadas sus circunstancias y su manera de ver las cosas.
• Para tranquilizarse y afrontar la situación en las mejores condiciones
posibles
• Para hacerse una idea realista del pronóstico
• Para comprender los procesos y colaborar autocuidándose
• Para compartir con familia, amigos, cuidadores, sus necesidades.