Así pues, ha especificado dos categorías para las apps móviles médicas:
- Aquellas que se usan como un aditamento a un dispositivo médico, regulado por la propia FDA (por ejemplo, una aplicación que permite al profesional de la salud hacer un diagnóstico específico viendo una imagen médica de una foto archivada en un dispositivo de comunicación móvil).
- Aquellas que transforma en dispositivo de comunicación móvil en un dispositivo médico regulado usando sensores u otros mecanismos que se conectan al dispositivo mencionado (por ejemplo, una aplicación que convierte un teléfono móvil en un electrocardiógrafo portátil para detectar ritmos anormales del corazón o determinar su un paciente está teniendo un ataque cardiaco).