La sanidad no es un lujo con el que se puede jugar en época de
crisis. Al revés: la Sanidad es una inversión que hay que proteger. Así
que ante una modificación de las reglas de juego debemos reaccionar con
energía y con prudencia, porque lo que se ha construido en 30 años se
puede destruir en uno cuando se responde a la crisis con pánico. Creemos
que hay otra forma de avanzar.
Estamos de acuerdo en que hay que buscar soluciones para mejorar la
sostenibilidad del sistema.
No cerramos los ojos, por tanto, ante los
enormes retos económicos que se avistan en el horizonte.
Para poder avanzar ante esos retos es necesario un plan.
Una Uniformidad que genera Diferencias: Paradójicamente se va a conseguir todo lo contrario con
decretos como éstos: al intentar pasar de un modelo de derechos
universales a la sanidad a uno de seguridad social por tramos de edad y
otras segmentaciones, va a resultar muy diferente ser un paciente en un
sitio que en otro en España.
Lo Recurrible del Real Decreto (en Sanidad)
¿El fin de la Universalidad?
No se puede volver al modelo en que la sanidad se basa en un esquema
de Seguridad Social cuando llevamos varios años reforzando un modelo de
SNS descrito en Ley de Cohesión y Calidad del SNS del 2003, la cual
establece el principio de aseguramiento universal y publico por parte
del Estado y de cooperación entre todas las Administraciones sanitarias
del país.
Exceso de Centralización
Las CCAA no son meros gestores de decisiones estatales si
co-decisores. Las CCAA tiene legalmente la capacidad de gestión derivada
de la legislación básica sanitaria. Por lo tanto hay un exceso de
centralización e probable invasión competencial.