Los
nervios periféricos tienden a perder el recubrimiento de una capa
llamada mielina, el daño o deterioro de esta capa produce en sus
primeras manifestaciones dolor quemante o ardor, hormigueo,
piquetes en las piernas o los brazos o manos (parestesias)
o entumecimiento de las extremidades en las piernas al caminar o al
levantarse por
las mañanas en las manos y brazos de forma intermitente en las
extremidades tanto inferiores como superiores. En los nervios sensitivos
de los pies y de las manos aparece una alteración de la
sensibilidad característica llamada “en guante y calcetín” que
altera la sensibilidad al dolor, a la temperatura y puede provocar
dolor. Asocia: inestabilidad de la marcha o al caminar.
Esta
afectación evoluciona hasta finalizar, con una neuropatía insensible,
es decir,
perdida de dolor. Muchos de estos casos
terminan en pie diabético, y su temida complicación la
infección, la gangrena y amputación.