El contenido de la campaña recuerda a los bañistas la necesidad de una actitud de prudencia a la hora de lanzarse a una piscina, en el río o en el mar, ya que una mala zambullida puede tener consecuencias tan negativas como una lesión medular.
Concretamente, el año pasado ingresaron por lesiones cervicales tres pacientes por causa de zambullidas durante julio y agosto y los tres son varones de 14, 37 y 63 años de edad y procedían de Andalucía, Canarias y País Vasco.
La principal razón de la lesión medular por zambullida es que algunos bañistas no tienen conciencia del peligro que puede suponer sumergirse en el agua de forma inadecuada.
Por norma general deberá haber más de 1,5 metros de profundidad y si el bañista se lanza desde una mayor altura, la profundidad también tiene que ser mayor.
Además, si el agua está turbia y no hay visibilidad conviene inspeccionar previamente la zona para comprobar su profundidad y que no haya elementos sumergidos como rocas, árboles u otros objetos contra los que se puede impactar.
En lugares naturales como ríos, lagos, mar o embalses los niveles del agua pueden variar de un día para otro por las mareas, aperturas o cierres de compuertas, por lo que es conveniente comprobar siempre la profundidad.
Otra de las recomendaciones es no saltar de cabeza desde demasiada altura, ya que una mala técnica de entrada puede causarnos lesiones tan solo golpeándonos con el agua.