Se sabe que para perder peso hay que comer menos, pero uno de los mayores obstáculos para cambiar nuestro hábitos alimenticios es tener hambre. Los científicos saben desde hace tiempo que hay una hormona
clave en el sistema que regula el apetito, llamada PYY, que puede
reducir en el ser humano el impulso de comer en exceso.
Pero hasta ahora había sido imposible encontrar la forma de hacer llegar este compuesto a la corriente sanguínea
para ayudar a la gente que intenta adelgazar. Una nueva investigación
de científicos de la Universidad de Syracuse en Estados Unidos y la
Universidad de Murdoch en Australia, parece haber encontrado la
solución.
El estudio, publicado en Journal of Medicinal Chemistry (Revista de Química Farmacéutica), afirma que usando una vitamina B12 como ‘vehículo’ para transportar a la hormona PYY ésta puede pasar por el sistema digestivo sin ser destruida y llegar a la sangre ‘intacta’.
Con este método, afirman los investigadores, ahora se podrá producir una goma de mascar o una tableta que, ingerida después de una comida balanceada, suprima el apetito del consumidor hasta su siguiente comida.