Las bebidas energéticas están compuestas por agua, carbohidratos, vitaminas, cafeína y aminoácidos (también tonificantes) como la taurina, la guanina y la arginina. Esta mezcla suele enmascarar la sensación de embriaguez mientras las sustancias estimulantes contrarrestan el efecto sedante del alcohol, lo que suele desembocar en que el sujeto ingiera de forma más elevada alcohol.
Para conocer el riesgo que suponen este tipo de bebidas, la universidad Wayne State, en Detroit (EE UU), empleó una muestra de 15 adultos, de entre 20 y 39 años, a los que les dieron dos latas diarias durante una semana (sin que hubieran tomado cafeína antes).
Cada lata contiene una dosis de cafeína similar a una taza de café.
Para obtener resultados, el equipo de investigación, dirigido por James Kaulus, realizó:
Medición de la presión arterial y frecuencia cardíaca: en una semana, la presión sanguínea máxima (sistólica) y mínima (diastólica) reflejaron un aumento del 7% y la frecuencia cardíaca del 9%.
Electrocardiograma: sus registros no variaron de forma significativa.
- En personas sanas no suponen graves riesgos.
- Sí en pacientes con hipertensión y cardiopatías.
- Suelen enmascarar la sensación de embriaguez.
- Esto contrarresta el efecto de alcohol y el sujeto suele tomar más.
- Otros riesgos: arritmias, temblores y dificultad para absorber el agua en el intestino en caso de ingesta elevada.
- Tienen tanta cafeína como 14 latas de coca-cola.