Como colectivo, los diabéticos estamos concienciados de
manera muy activa en el control de las políticas sanitarias y los proyectos
educativo-sanitarios, a fin de evitar los planteamientos injustos y
discriminatorios y de cara a conseguir una mayor eficacia en nuestro sistema
sanitario en lo referente al paciente crónico. Como por ejemplo la
discriminación mediante la cual una persona obtiene distintas prestaciones en
función de la comunidad autónoma en la que reside. Asimismo, el racionamiento de material para
el autocuidado del diabético es reprobable, teniendo en cuenta que en diabetes,
el exiguo ahorro de hoy será el costoso gasto sanitario de mañana. Además, todo
el material que necesita un diabético en su tratamiento no puede establecerse
mediante tabla rasa en base a criterios puramente económicos, sino mediante
personalización y consenso médico-paciente.