2 de noviembre de 2011
La combinación de un paciente informado y de un médico usuario de las redes de conocimiento digital es el modelo de relación terapéutica que el siglo XXI está desarrollando.
En muchos foros se discute, desde hace años, el papel beneficioso del paciente informado (e-paciente o cualquier otra denominación) en el diagnóstico,
tratamiento y seguimiento de la enfermedad que le afecte. No hay ninguna
duda de que esto es así. Todos sabemos las diferencias que hay en la
entrevista con un paciente que sabe expresar con claridad sus síntomas,
los sabe ordenar en el tiempo, e incluso, tiene una idea previa sobre el
origen de lo que le puede estar aconteciendo. También vemos cada día en
la consulta, la dificultad que existe en el abordaje de los problemas
de aquellos pacientes que definen mal su situación o son incapaces de
concretar determinadas cuestiones que a nosotros nos ayudan a
estructurar la entrevista. La ley de cuidados inversos nos avisa,
también, de que hacemos menos caso a los segundos.