Decálogo para el buen médico general
- Ten presente que es imposible saberlo todo de todo.
- Esfuérzate en conocer lo fundamental y ser razonablemente competente.
- Procura tener las ideas claras en vez de un batiburrillo en la sesera.
- Abstente en todo caso de actuar si tienes dudas.
- Considera cada amanecer que “estar al día” no significa estar en lo cierto.
- Tus habilidades caerán en saco roto si no las empleas.
- Admite las carencias con humildad y pide consejo si es preciso.
- Actúa en todo momento con discreción y despréndete de la soberbia.
- Recuerda que una sonrisa puede romper la mayor de las barreras.
- Reconoce tus humanos errores si deseas alcanzar la terrenal sabiduría.
RESUMIENDO: Piensa siempre que no eres imprescindible, pero sí necesario.