La estrategia de control del ritmo no ha demostrado ser superior a la de
control de la frecuencia cardiaca y puede dar lugar a más efectos
adversos y más hospitalizaciones.
El control de frecuencia es de elección mayoritariamente.
Existe
una utilización excesiva de la estrategia de control del ritmo en la
práctica clínica. El control del ritmo debería usarse en caso de mal
control de frecuencia, pacientes jóvenes o con bajo riego de recurrencia
de la FA y en presencia de FA secundaria a un proceso reversible. Hay
que tener en cuenta los efectos adversos de los antiarrítmicos, ser
cuidadosos en la elección del más adecuado y seleccionar bien al
candidato a ablación.
Las estrategias de control del ritmo o de la frecuencia pueden ser complementarias.
Los
objetivos más importantes son el tratamiento apropiado de la enfermedad
de base, el control de los síntomas, la prevención tromboembólica y del
desarrollo de la propia FA.
•Jesús Berjón. Cardiólogo del Complejo Hospitalario de Navarra. SNS