Un nuevo estudio sugiere que un diagnóstico de autismo tendría distintos significados, según quién lo realice.
En niños con problemas sociales graves, "todos coinciden enque se trata de autismo".
"Pero en los límites de los desórdenes del espectro
autista, aún existe gran confusión",
Eso, significa que las familias de niños
con algún desorden del espectro autista deberían concentrarse
más en las dificultades y las fortalezas de sus hijos, en lugar
de etiquetarlos. Esas etiquetas van desde el autismo, en el extremo más
grave del espectro, hasta el síndrome de Asperger, en el más
leve, y "un trastorno general del desarrollo sin otra
especificación" o TGD-SOE para los niños con problemas de
comunicación e interacción social, pero sin síntomas
suficientes como para diagnosticar autismo o Asperger.
En el estudio participaron 12 clínicas de investigación de
América del Norte. A unos 2.100 niños de entre 4 y 18 años con desorden del
espectro autista, se les realizó un diagnostico específico
según test de comunicación, conducta e inteligencia, además de
las observaciones de psicólogos y conversaciones con los
padres.
"Los resultados confirman lo que pensábamos según la
experiencia clínica: que organizar un espectro en categorías es
muy complejo", opinó el doctor Bryan King, director del Centro
de Autismo Infantil en Seattle, y profesor de la University of
Washington, donde trabajan dos de los 37 coautores del
estudio.
Cualquiera sea el motivo que explique la diferencia, no fue
al azar ya que en cada clínica, los diagnósticos eran muy
parecidos, según ciertos síntomas y los resultados de los
test.
Lo importante para los padres es saber "¿qué problema tiene
el niño con el lenguaje? ¿cuán hiperactivo o autista es el
niño? y si tiene conductas repetitivas", dijo la autora Catherine Lord,
directora del Instituto de Desarrollo Cerebral del Colegio
Médico Cornell y el Hospital Presbiteriano de Nueva York.