Ahora, investigadores de la Universidad de Sevilla (US) y el Centro Nacional de Aceleradores (CNA, centro mixto US-Junta de Andalucía-CSIC) han evaluado la dosis de polonio-210 que recibe la población española por consumir agua mineral embotellada. Las muestras se han recogido en botellas de 32 marcas comerciales.
Los resultados, que publica la revista Radiation Protection Dosimetry, muestran que las concentraciones de 210Po oscilan entre los 0,6 y 40 milibecquerelios (mBq) por litro. Esta cantidad es similar a la de otras aguas minerales europeas y quedan lejos de los límites considerados como peligrosos, aunque tampoco hay una legislación clara al respecto.
Aun así, el estudio confirma que la cantidad de polonio-210 en el agua embotellada es muy superior a la del agua del grifo, que en general no suele superar 1 mBq/L. La de Sevilla, por ejemplo, es 0,25 mBq/L. “Las diferencia se debe a que el agua del grifo está tratada y potabilizada”