También es dañino para el feto durante el embarazo y para el bebé en la lactancia. Por si fuera poco, está constatada la potencialidad de esta droga como elemento desencadenante de psicosis y cuadros alucinatorios en personas con riesgo a padecerlos.
La cocaína es la segunda sustancia más consumida. Los riesgos que trae su consumo son múltiples. Puede producir hemorragias nasales, problemas respiratorios y alteración del sueño, entre otras cosas.
Uno de sus efectos más perniciosos son las complicaciones psiquiátricas que puede conllevar su consumo: crisis de ansiedad y disminución de la memoria y de la capacidad de concentración.
En tercer lugar, se encuentra el éxtasis. Según la FAD, después de unas horas de su ingesta, la euforia inicial da paso a un estado de agotamiento, tristeza, ansiedad y agresividad.
El éxtasis puede provocar la aparición de toxicidad aguda, muy rara pero grave además de insuficiencias renales y hepáticas.
También puede abocar a riesgos psicológicos, como crisis de ansiedad o alteraciones psicóticas.
La anfetamina o speed provoca el aumento de la temperatura del cuerpo y puede causar irritabilidad e incluso la muerte. Puede dar lugar a depresiones severas y esquizofrenia.
Los alucinógenos conllevan a trastornos de depresión y ansiedad y también se pueden presentar episodios depresivos graves y cuadros psicóticos de tipo esquizofrénico.
Las setas mágicas las consume el 0,4 % de la población española y pueden provocar importantes alteraciones psicológicas, como crisis de pánico e inestabilidad emocional.
La ketamina puede llevar a la pérdida total de consciencia o coma además de la muerte con un alto consumo. También a un "mal viaje": crisis de pánico y sensaciones muy desagradables como flashbacks o paranoias.
La heroína puede provocar alteraciones de la personalidad y presenta una enorme dependencia que hace que la vida del consumidor gire en torno a ella.