El citomegalovirus (CMV) es un virus común que infecta a las personas de todas las edades. Una vez que entra en el cuerpo de una persona, permanecerá allí de por vida.
Casi todas las infecciones por citomegalovirus son “silenciosas”, lo que significa que la mayoría de las personas infectadas por citomegalovirus no presentan signos ni síntomas. Sin embargo, el citomegalovirus puede causar enfermedades en los bebés en gestación.
Las madres que contraen la infección por citomegalovirus cuando están embarazadas, tienen una probabilidad de 1 a 3 veces mayor de transmitirla a sus bebés en gestación.
Si una mujer está infectada por el citomegalovirus antes de quedar embarazada, el riesgo de transmitir el virus a su bebé se reduce a aproximadamente 1 de cada 100.
En general, alrededor de 1 de cada 150 niños nace con citomegalovirus congénito.
¿Está embarazada o está planeando un embarazo?
Evitar el contacto con la orina o la saliva, en especial de los niños pequeños, puede reducir su probabilidad de contraer citomegalovirus y de contagiarlo a su bebé en formación.
Estas son algunas medidas sencillas que usted puede tomar para evitar el contacto que sus ojos, nariz o boca entren en contacto con la orina o la saliva:
- Lávese las manos a menudo con agua y jabón, especialmente después de:
- Cambiar pañales, alimentar al niño, limpiarle la nariz o la baba, tocar sus juguetes y tocar su saliva o secreciones nasales (mocos)
- Si no hay agua, use un desinfectante para manos a base de alcohol
- No comparta con los niños pequeños alimentos, bebidas ni cubiertos
- No se lleve a la boca el chupón del bebé
- Evite el contacto con la saliva cuando le dé besos al niño
- Limpie los juguetes, superficies de las mesas y todo lo que entre en contacto con la orina o la saliva del niño