Es frecuente que las personas ancianas presenten varias enfermedades crónicas simultáneamente, que pueden influir en el estado nutricional.
Pluripatología.
Polifarmacia:
- Digoxina: nauseas, falta de apetito, pérdida de peso, potencia la pérdida de magnesio.
- Diuréticos: aumentan la pérdida de agua, sodio, potasio y magnesio.
- Antiácidos: Disminuye la absorción intestinal de hierro, vitamina B1, vitamina B12.
- Laxantes: reducen la absorción de agua y de los nutrientes en general.
- Hierro: altera el tránsito intestinal produciendo tanto estreñimiento como diarrea.
- Antidepresivos: los ISRS disminuyen el apetito, los Tricíclicos facilitan el estreñimiento.
- Colchicina: reduce la absorción de vitamina B12, lactosa y grasas.
- Colestiramina: reduce la absorción de las vitaminas A, D, E, K y del Acido Fólico.
- Anticonvulsivantes: déficit de Acido Fólico, altera la mineralización ósea.
- Cefalosporinas: alteran el metabolismo proteico y de las vitaminas D y K.
- Tetraciclinas: disminuyen la vitamina K y la absorción intestinal de calcio.
- Alcohol: aumenta las necesidades de vitamina B, magnesio y zinc, reduce la masa ósea.
Aislamiento social.
Problemas económicos.
Incapacidad física.
Problemas en la boca, alteración del gusto y olfato.
Tabaquismo: El 20% de los varones mayores de 65 años son fumadores activos, mientras que sólo un 1% de las ancianas fuman habitualmente, aunque esta proporción está aumentando en los últimos años.
Alcoholismo: La prevalencia del consumo de alcohol en los ancianos es alrededor del 45%.