Sin embargo esa dista de ser la situación de muchos adultos mayores, que necesitan seguir trabajando o dependen de la ayuda de sus hijos u otros familiares para llegar a fin de mes.
De hecho ocho de cada diez personas en el mundo no tienen jubilación ni pensión y por lo tanto dependen de otras fuentes de ingreso.
Según la Organización Mundial del Trabajo (OIT), la situación económica de los adultos mayores en América Latina depende de manera crucial de la situación económica y laboral de las personas más jóvenes que tienen a su cargo los cuidados.
En muchos casos la jubilación no resulta suficiente y por este motivo las personas mayores siguen participando en el mercado de trabajo, principalmente en el sector no estructurado de la economía y recibiendo poco dinero a cambio.
La falta de ingresos en la vejez es un problema generalizado en muchos países.