Una exposición prolongada a sonidos fuertes procedentes de reproductores portátiles de música (y teléfonos móviles con una función de reproducción de música) puede dar lugar a pérdidas de audición temporales o permanentes, zumbidos en los oídos (tinnitus), y dificultades para comprender el habla en ambientes ruidosos. Al utilizar un reproductor portátil de música, el oyente puede ser menos consciente de posibles peligros, como coches aproximándose. Una exposición excesiva al ruido también puede afectar a la memoria, la lectura y el aprendizaje en los niños, lo que podría aplicarse también a la música de los reproductores portátiles.
Escuchar música a 80 dB(A) o menos se considera seguro, independientemente de cuánto tiempo o con qué frecuencia se utilicen los reproductores portátiles de música. Este nivel sonoro equivale aproximadamente al de una persona gritando o al del ruido del tráfico en una carretera cercana. En el caso de niveles sonoros por encima de 80 dB(A), podrían producirse lesiones auditivas si se utilizan reproductores portátiles de música regularmente durante períodos de tiempo excesivos a lo largo de varios años.