Los nuevos métodos son las imágenes gammagráficas específicas para la mama (IGEM) y la mamografía por emisión de positrones (MEP), los cuales recientemente fueron aprobados para utilizarse en Estados Unidos.
El Dr. Hendrick explica que son comercializados como auxiliares diagnósticos de la mamografía y la ecografía de la mama. Sin embargo, añade, también se pueden considerar para la detección sistemática del carcinoma de mama, sobre todo en las mujeres con más riesgo de carcinoma mamario».
Sin embargo, la radiación inherente a un solo estudio de IGEM plantea un riesgo que es 20 a 30 veces mayor que el de la mamografía digital en una mujer de 40 años de edad, y el riesgo de una sola detección con MEP es 23 veces más elevado.
La «dosis efectiva» promedio por una mamografía (la dosis corporal total con el mismo daño) es de casi 0,44 a 0,56 mSv, lo cual equivale a casi dos meses de radiación de fondo natural; las dosis efectivas de IGEM y MEP (6,2 a 9,4 mSv) equivalen a cerca de dos a tres años de exposición a la radiación de fondo natural.
La causa de la gran diferencia es que los nuevos métodos implican inyecciones intravenosas de radioisótopos, los cuales exponen a todos los órganos del cuerpo a emisiones de rayos gamma, en tanto que la mamografía con rayos X de menos energía expone únicamente a las mamas.