- La supresión de un 50% de la retribución asociada a Carrera
Profesional (hasta 6.181 euros anuales de recorte para un médico). Y
ésto sólo dos años después de la implantación efectiva de dicho sistema
de incentivación.
- La pérdida del 40% de las retribuciones en caso de baja laboral (cuando se venía cubriendo el 100% desde siempre).
- La aplicación a los interinos de jornadas a tiempo parcial de 25 horas semanales.
- La suspensión del Plan de Pensiones de la Generalitat Valenciana,
ya de por si dotado con aportaciones ridículas, en el marco de una
crisis de las cotizaciones sociales que pone en peligro las pensiones
futuras.
- La jubilación forzosa e ilegal de todos los profesionales a los 65
años, sin opción a prórroga, en contra de lo dispuesto en las leyes del
Estado y dilapidando el conocimiento y la experiencia acumulada,
poniendo en grave riesgo la salud de los valencianos.
- La eliminación de todos los días de libre disposición por asuntos
propios (un mínimo de 6 días al año) lo que supone el aumento de la
jornada anual en 42 horas que se suman a la elevación ya decidida por el
gobierno central. El incremento total de jornada supone más de 100
horas al año a cambio de una retribución de un 30 a un 40% inferior.
Nada se dice, sin embargo, de qué se piensa hacer o qué
responsabilidades políticas, civiles e incluso penales van a exigirse a
los responsables de haber incurrido en gastos «faraónicos» con escaso
interés social (aunque con curiosos sobrecostes de ejecución en algunos casos) que son los que nos han llevado de verdad hasta este punto: Ágora, Puerto de Valencia, Puente del Azud d’Or, Ciudad de las Ciencias, Fórmula 1, AVE (de cara a una crisis… ¿no bastaba con el menos elitista Alaris?), Aeropuerto de Castellón, multiplicación de canales autonómicos… ¡y aún se habla de nuevas inversiones en este terreno!