Pero además, el 94% de los pacientes con una edad media de 45 años, sin evidencia de enfermedad cardiovascular clínica, presentan placas de aterosclerosis.
La detección es especialmente importante en los niños, que deberían ser diagnosticados antes de los ocho años, cuando se pueden instaurar hábitos de vida saludable, para más tarde, a partir de la adolescencia, ser tratados con fármacos.
Con un diagnóstico precoz, los especialistas pueden intentar concienciar a los pacientes a que no fumen y a que sigan una dieta saludable, es decir que no consuman grasas saturadas y sí aceite de oliva.