Mantener
un ambiente
tranquilo en
el momento de la comida, evitando los ruidos o las conversaciones
que puedan distraer.
Adoptar
una postura
cómoda,
sentado, con los pies apoyados en el suelo y con la cabeza en ligera
flexión.
Buscar
la textura
de los alimentos ,
nectar-miel-pudin, según la tolerancia de la persona afectada.
Dar pequeñas
cantidades de
alimento en cada toma, usar una cuchara de postre con capacidad para
4-5 mililitros.
-
Vigilar síntomas
de alarma,
tos, regurgitación de alimentos, voz húmeda, babeo, que nos hagan
sospechar la posibilidad de atragantamiento o aspiración.
La limpieza
de la boca se
debe de hacer después de cada toma buscando restos de alimentos en
los surcos.
No
acostar a
la persona con disfagia hasta pasada media hora desde la toma de
alimento.
Valorar
frecuentemente posibles complicaciones, pérdida
de peso o deshidratación, nos indicaran que las cantidades de
alimento o líquidos administrados son las adecuadas.
Conocer
la maniobra de
Heimlich.
Cuando una persona se atraganta hay que rodearle con los brazos la
cintura a la altura del estómago y con el dedo pulgar debajo del
esternón se ejerce una presión rápida y fuerte de abajo a arriba.