La presencia de estos lípidos y su daño para la salud pasan inadvertidos en el etiquetado de los alimentos.
Los acidos grasos trans aumentan el riesgo de cardiopatía coronaria, la obesidad abdominal, el "colesterol malo" (de igual forma que las grasas saturadas), e incluso aumentan el riesgo de padecer diabetes (empeoran la resistencia a insulina).
Los conocimientos con que contamos en estos momentos nos señalan que los ácidos grasos trans son incluso peores que las grasas saturadas.
La ingesta diaria de 5 gramos de trans provoca el aumento en un 25% del riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares..