Ya no será necesario disponer de la receta en papel (ni la roja, ni la verde) para adquirir un medicamento. Bastará con presentar la tarjeta sanitaria. Un lector electrónico instalado en las farmacias, similar al empleado con las tarjetas de crédito, se encargará de validar los datos clínicos del paciente y de determinar qué medicinas han sido prescritas y autorizadas por su médico.
Precisamente, Asturias podrá valerse de la experiencia de otras comunidades autónomas que, como Murcia, Cantabria, País Vasco, Andalucía, Valencia y Baleares, ya disponen de receta electrónica.