Lagrimeo, visión doble o borrosa e incluso problemas graves son algunas de las consecuencias de su uso continuado
Las lupas gafas premontadas son vendidas como producto sanitario que el usuario adquiere sin una adaptación previa e individualizada por parte de un profesional. Estas lentes son fabricadas con unas medidas estándares y en su gran mayoría en plástico inyectado sin ningún tipo de tratamiento, con una graduación que apenas coincide con un 5% de la población que las compra. Estas no cuentan con ningún control sanitario ni calidad óptica. Además, los cristales de ambos ojos son iguales en potencia, por lo que no tiene en cuenta las necesidades precisas de cada persona, lo c ual es bastante perjudicial.
La presbicia o vista cansada aparece a partir de los 40 años. Los profesionales alertan de que esta es una buena edad para para realizarse una revisión ocular completa para detectar y prevenir posibles problemas que pueden conducir a la ceguera. La visión borrosa o incómoda cuando se lee o trabaja en visión próxima son algunos de los síntomas.