La decisión de efectuar una exploración física, de solicitar
una prueba de diagnóstico, de aconsejar una medida no farmacológica o de
prescribir una sustancia, son comportamientos médicos sometidos inexorablemente
a la incertidumbre de un conocimiento científico en una ciencia tan poco exacta
como es la medicina.
Pocas cosas en medicina se pueden asegurar bajo el principio
matemático de 2+2=4, los profesionales hemos de movernos en el complejo
escenario de “esto es lo que se sabe hoy del asunto” y hemos de aplicarlo a un
paciente único y distinto a los demás, con su biografía, sus creencias y su
idiosincrasia clínica y social.
El conocimiento es un objetivo que perfecciona nuestras
intervenciones sanitarias, pero es elemento cambiante, sometido a continuas
revisiones, propuestas e innovaciones que no siempre producen una mejora real
en la atención de los pacientes.......Como es fácil de comprender, el debate siempre ha sido muy complicado pero en estos momentos de ataques directos al sistema sanitario se añaden nuevos elementos distorsionadores que aún lo pueden dificultar mucho más y la política sanitaria del Gobierno de España puede elevar su complejidad hasta la desesperación. Entiendo que es catastrófico que los recortes en sanidad impregnen este debate, no ya tanto para los profesionales sino, sobre todo, para los pacientes. ¿Cómo convencer a un paciente que acude a una puerta de urgencias hospitalaria que su torcedura no precisa, a priori, una radiografía?