No todos los ciudadanos son tributarios de analizar su sangre “a ver que encontramos”,
ni todos los usuarios a los que se les determina el colesterol, por
ejemplo, son susceptibles de seguimiento y ni siquiera todos los
pacientes con cifras de colesterol por encima de los límites
considerados como normales son tributarios de tratar con el último y mas
potente fármaco conocido.
Pero desde el punto de vista del paciente, no es fácil entender, que
no todos los médicos consideran adecuado, en base a la interpretación de
la bibliográfica, solicitar un análisis de sangre anualmente para “acallar conciencias”,
ni que todos los análisis que se realicen deban de incluir entre sus
parámetros analizados, pruebas cuya finalidad sea considerarse “vacunado”
frente a patologías futuras sin factores de riesgo, ni que una vez
detectadas desviaciones de la norma, tengan la misma importancia esos
resultados en función de las características del paciente.