Todos los hospitales cuentan con una unidad de urgencias, aunque no todos los pacientes que atienden deberían acudir a este servicio. Supone un coste muy elevado, unos 120€ por persona.
Sin
embargo más de un 25% de las personas que llegan a un hospital podrían
haber ido a la asistencia primaria a centros de asistencia continuada o
los centros de urgencias de asistencia primaria, los CUAPS / PACS, que pueden
dar el mismo servicio a esos pacientes que presentan un nivel de
gravedad bajo. El coste para la sanidad pública en estos centros se
reduce a la mitad.
Cuando un enfermo llega al servicio de urgencias
lo primero y más importante que se hace es una clasificación de la
prioridad de atención. Esta diferenciación se realiza a partir de una
observación de las molestias del paciente, los antecedentes y, en
ocasiones, signos como la tensión arterial o la temperatura. El objetivo
de esta clasificación es adecuar lo mejor posible los recursos
disponibles, y que los pacientes más graves tengan una atención
preferente.
Estos pacientes acuden con frecuencia a los servicios de urgencias
hospitalarias cuando se trata de patología de escasa complejidad que
puede atenderse en la asistencia primaria”, apunta Puig. Los expertos
aclaran que cualquier centro de la sanidad pública está capacitado para
atender urgencias y recuerdan que cuando un hospital presta servicio a
un paciente de baja gravedad, está dejando de invertir tiempo en casos
realmente necesarios