Sobre el uso de desfibriladores públicos, los profesionales reunidos en
Alicante -IV Congreso Clínico Cardiovascular- han señalado que la mayor parte de los casos de muerte súbita
se producen fuera del ámbito hospitalario y en lugares públicos, por lo
que disponer de un desfibrilador es vital para salvar la vida del
paciente o evitar las complicaciones asociadas a la pérdida de
conocimiento durante más de 10 minutos.
Se ha presentado el estudio FIATE (FIbrilación auricular en ATEnción Primaria) que, entre otras
conclusiones, revela que en nuestro país el 65% de los pacientes con FA
presenta un alto riesgo de ictus, si bien la mayoría de ellos está
recibiendo un tratamiento anticoagulante oral (Sintrom® en la mayoría de
los casos), aunque el número de pacientes bien controlados dista de ser
óptimo. Los datos de este estudio realizado por el Grupo de Trabajo de Enfermedades Cardiovasculares de la semFYC. El coordinador de este GdT,
José Mª Lobos, ha explicado que: "Ahora sabemos que el riesgo de ictus
en estos pacientes es alto y que la mayoría reciben tratamiento con el
fin de prevenir ictus u otra embolia sistémica". "Si bien, el control
del nivel de anticoagulación es bastante mejorable, sobre todo cuando
analizamos un periodo de tiempo algo más largo. Los pacientes que
mantienen en el mundo real -las condiciones del estudio- un control
estable al menos tres meses, son sólo el 33%.