7 de septiembre de 2010

¿Pueden las lámparas fluorescentes empeorar afecciones no relacionadas con la piel?

Existen suficientes pruebas de que el uso de lámparas compactas fluorescentes no agrava la dislexia ni el síndrome de Meares-Irlen (dificultades de aprendizaje que se reflejan en problemas al leer y al escribir).
No hay constancia de que las lámparas compactas fluorescentes afecten a los individuos que sufren síndrome de fatiga crónica, fibromialgia, dispraxia o VIH.
Es muy poco probable que las lámparas fluorescentes para la iluminación de habitaciones puedan provocar oftalmia de la nieve o cataratas.
No parece que exista ninguna relación entre los campos electromagnéticos generados por lámparas compactas u otras lámparas fluorescentes y la hipersensibilidad electromagnética.