25 de febrero de 2012

En  2011 se publicó por parte de European Society of Cardiology (ESC) y la European Atherosclerosis Society (EAS) la nueva Guía Europea para el manejo de las dislipemias.  Sobre ella también se publicó un documento del grupo de trabajo de dislipemias de la Sociedad Española de Cardiología. De ambos documentos recupero algunos de los puntos que considero más interesantes.
  • Abordar la dislipemia debe ser parte de un abordaje preventivo global de la enfermedad cardiovascular, visión compartida por el National Heart, Lung, and Blood Institute americano  que este año este año tiene previsto publicar además de las actualizaciones de sus recomendaciones para el tratamiento de dislipemia (ATP IV), Hipertensión (JNC 8) y obesidad (Obesity 2), elaborar una guía integrada de reducción de riesgo cardiovascular . Así recomiendan la utilización de las tablas SCORE como herramienta para valorar el riesgo cardiovascular individual en Europa y en base a ello iniciar la toma de decisiones. No obstante además de los pacientes con un riesgo calculado según el baremo SCORE > 10% clasifica directamente de riesgo cardiovascular muy alto (y por tanto candidatas a tratamiento intensivo) los individuos con antecedentes de enfermedad cardiovascular documentada, diabetes  tipo 2 o tipo 1 con lesión orgánica p.e. microalbuminuria), insuficiencia renal crónica moderada o avanzada. Algunos autores ya comentan que p.e. la inclusión de insuficiencia renal metería en este cajón de pacientes a un gran número de pacientes mayores de 65 años, sobreestimando el número de ello candidatos a recibir tratamiento farmacológico agresivo, tratamiento que queda muy claro en el documento está reservado a las estatina en primer lugar.
y sigue en:

http://rincondocentemfyc.wordpress.com/2012/02/27/dislipemias-objetivo-ldl-capitulo-2-guia-nice-2010-y-otras-opiniones/

  1. No hay base científica en la que sostener tratar la dislipemia en base a niveles de LDL.
  2. La seguridad de tratar niveles de LDL no ha sido aún demostrada.
  3. El tratamiento personalizado (basado en el riesgo cardiovascular) es un enfoque sencillo, seguro, más eficaz y basado en la evidencia .