Se han propuesto diferentes clasificaciones de las reacciones 
                  adversas, atendiendo a criterios variados. Una de las más 
                  sencillas las agrupa en cinco categorías, A, B, C, D 
                  y E. 
Estas letras corresponden a la primera letra de la palabra                   inglesa con la que se definen los diferentes tipos:                
Reacciones previsibles de tipo A:tipo Aaugmented: aumentada 
                  son las desencadenadas por los efectos aumentados o exagerados 
                  de un fármaco. Son consecuencia de la propia acción farmacológica 
                  de un medicamento, y por tanto, dependen de la dosis y son predecibles.
                  
                  Comprenden alrededor del 80 por ciento de todas las RAM. Generalmente 
                  no revisten gravedad y habitualmente son de baja mortalidad.
                  
                  Dentro de este grupo se encuentran:
                
- RAM por sobredosis o toxicidad
                   
- RAM por efecto secundario
 
Las causas de estas RAM son:
         Modificaciones farmacocinéticas
                                                                • Hipoalbuminemia
                                                                                  • Enfermedad renal
                                              
                  • Enfermedad hepática
                                                                                  • Enfermedad cardíaca
                                                                • Embarazo
                                               • Interacciones medicamentosas
                  
                  Las interacciones más típicas entre medicamentos 
                  dependen de la capacidad que tienen algunos de ellos de modificar 
                  la velocidad de metabolismo de algunas enzimas del citocromo 
                  P450. Son conocidos ampliamente los fármacos inductores 
                  (rifampicina, antiepilépticos, barbitúricos, hierba 
                  de San Juan), que generalmente afectan a la práctica 
                  totalidad de isoenzimas.
                  
                  Los fármacos inhibidores son un grupo mucho más 
                  amplio, pero generalmente no tienen un efecto global, sino que 
                  afectan a isoenzimas concretas: macrólidos, cimetidina, 
                  azoles, inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, 
                  etc.
                  
                  Pero existen otras interacciones que también pueden tener 
                  significación clínica, tanto por modificaciones 
                  en el proceso de absorción (fármacos modificadores 
                  de la velocidad de vaciamiento gástrico y los inhibidores 
                  de la glicoproteína P), distribución (por desplazamiento 
                  en la unión a las proteínas plasmáticas 
                  o por modificación de la glicoproteína P), o en 
                  la eliminación renal (inhibición de la secreción 
                  activa o de la glicoproteína P). La glicoproteína 
                  P es una enzima que se encuentra en diferentes localizaciones 
                  del organismo y que actúa como una bomba de expulsión 
                  de sustancias, en la mucosa intestinal la expulsión se 
                  produce hacia la luz intestinal, en el túbulo renal hacia 
                  la luz tubular. Su inhibición, por tanto, puede incrementar 
                  las concentraciones en sangre de los fármacos implicados.
                  
                                                • Alteraciones en la formulación farmacéutica
                  
                  Hay que tener en cuenta, además, que al cambiar la formulación 
                  farmacéutica de un principio activo pueden producirse 
                  modificaciones en su biodisponibilidad que pueden ser clínicamente 
                  importantes.
                  
                  Los cambios de excipiente pueden alterar la velocidad de absorción. 
                  Por ejemplo, la biodisponibilidad de itraconazol es superior 
                  cuando se administra como jarabe que en forma de cápsulas.
                  
                  Es importante además respetar la fecha de caducidad de 
                  los medicamentos y conservarlos en la forma que indica el fabricante. 
                  La administración de tetraciclinas caducadas produce 
                  una toxicidad renal importante.
                
                   
                 Modificaciones farmacodinámicas: Los ancianos muestran mayor sensibilidad 
                  a la aparición de reacciones adversas con muchos fármacos, 
                  determinadas enfermedades también pueden favorecer su 
                  aparición, por ejemplo, los pacientes con enfermedades 
                  renales pueden presentar mayor toxicidad por fármacos 
                  que dependen de un adecuado balance hidroelectrolítico 
                  (digitálicos, antiarrítmicos, etc.) o los enfermos 
                  con hipotiroidismo son más sensibles a la acción 
                  de los fármacos sedantes.
                
Reacciones tipo B: de bizarres: raras: se caracterizan por 
                  no estar relacionadas con la acción farmacológica 
                  y ser imprevisibles, solo aparecen en individuos susceptibles. 
                  Son independientes de la dosis del medicamento, incluso pueden 
                  aparecer con dosis subterapéuticas.
Tienen una baja incidencia 
                  aunque suelen ser más graves que las anteriores, representando 
                  el 10-20 por ciento de las RAM. En este grupo se encuentran:
                
- Reacciones por idiosincrasia
 
Son respuestas anormales, sin relación con la dosis, 
                  cualitativamente diferentes a los efectos farmacológicos, 
                  sin que medie mecanismo inmunológico y en general obedecen 
                  a un condicionamiento genético. Este condicionante puede 
                  producir alteraciones farmacocinéticas o farmacodinámicas, 
                  base de las reacciones adversas idiosincrásicas.
                
                        Alteraciones farmacocinéticas: Los casos más 
                  típicos se deben a modificaciones farmacocinéticas, 
                  como las siguientes:
                  
                         
                  • Hidrólisis de la succinilcolina producida por la pseudocolinesterasa: 
                  en una de cada 250 personas esta enzima apenas tiene afinidad 
                  por el fármaco y la parálisis que éste 
                  produce puede prolongarse en el tiempo más allá 
                  de lo deseable. En condiciones normales la hidrólisis 
                  de la succinilcolina es rápida, de forma que el bloqueo 
                  muscular dura apenas unos minutos. En los casos en que exista 
                  una pseudocolinesterasa atípica, esta parálisis 
                  puede durar hasta tres horas.
                  
                          
                  • Oxidación-hidroxilación: si la capacidad enzimática 
                  está disminuida, fármacos como la fenitoína, 
                  fenilbutazona, cumarínicos, nortriptilina, debrisoquina 
                  o fenformina pueden acumularse y aumentar la toxicidad. Un 5-10 
                  por ciento de los individuos de raza blanca presentan un déficit 
                  de la isoenzima del citocromo P450 responsable de esta reacción. 
                  La herencia de esta alteración tiene carácter 
                  autosómico recesivo.
                  
                          
                  • Acetilación: existen dos patrones metabólicos, 
                  el de acetiladores rápidos y lentos, en función 
                  de la velocidad de reacción de la enzima N-acetiltransferasa. 
                  Esta velocidad depende de la cantidad de enzima disponible. 
                  La acetilación rápida se hereda con carácter 
                  autosómico dominante, la acetilación lenta tiene 
                  carácter recesivo, de forma que únicamente presentan 
                  clínica los homocigotos.
                  
                  Esta vía metabólica afecta a fármacos como 
                  isoniazida, hidralazina, fenelcina, dapsona, sulfamidas y procainamida.
                  
                  Los
 acetiladores rápidos pueden presentar problemas por 
                  acumulación de los metabolitos, algunos de los cuales 
                  pueden ser tóxicos. Es el caso de la hepatotoxicidad 
                  por isoniazida. En los acetiladores lentos se acumula el fármaco 
                  original en el organismo, lo que incrementa su toxicidad (lupus 
                  eritematoso inducido por isoniazida, procainamida e hidralazina, 
                  neurotoxicidad por isoniazida). Las manifestaciones clínicas 
                  desaparecen al suprimir el medicamento.
                                     
                  
Alteraciones farmacodinámicas
                  En otras ocasiones estas reacciones de idiosincrasia no se deben 
                  a una modificación del metabolismo, sino a otros aspectos 
                  que también alteran la respuesta a fármacos. Diversas 
                  características peculiares de los órganos diana 
                  producen respuestas farmacológicas inesperadas:
                  
                            
                  • Anemia hemolítica: es inducida por fármacos 
                  oxidantes en personas con deficiencias enzimáticas del 
                  eritrocito determinadas genéticamente. Es el caso del 
                  déficit de glucosa 6-fosfato deshidrogenasa, en estos 
                  pacientes se puede inducir una anemia hemolítica con 
                  ciertos medicamentos como primaquina, cloroquina, nitrofurantoina, 
                  dapsona, sulfamidas, fenacetina, salicilatos, cloranfenicol, 
                  vitamina K, probenecid, ácido nalidíxico, tolbutamida 
                  etc.
                  
                  También puede ocurrir en el déficit de glutation 
                  reductasa o de metahemoglobina reductasa, en este último 
                  caso sobre todo con nitritos y nitratos. Algunas mutaciones 
                  de la hemoglobina también pueden dar lugar a hemólisis 
                  cuando se administran determinados fármacos, como sulfamidas 
                  o primaquina.
                  
                               
                  • Las crisis de porfiria provocadas por fármacos inductores 
                  enzimáticos: en esta enfermedad existe una alteración 
                  de la vía metabólica de las porfirinas, en la 
                  que se produce un aumento excesivo de la actividad de la enzima 
                  aminolevulínico sintetasa.
                  
                  Entre los fármacos que pueden inducir esta enzima, que 
                  en estos enfermos está desreprimida, provocando un ataque 
                  agudo de porfiria se encuentran: barbitúricos, glutetimida, 
                  clordiazepóxido, aminopiridina, griseofulvina, hipoglucemiantes 
                  orales, fenitoína, sulfamidas, pirazolonas o cloroquina.
                  
                                
                  • Hipertermia maligna: es una reacción adversa asociada 
                  con anestésicos generales y succinilcolina. Parece tener 
                  un carácter hereditario autosómico dominante.
                  
                                
                  • Es muy posible que también tengan una base genética 
                  la ictericia por anovulatorios, la inhibición de la eritropoyesis 
                  por cloranfenicol o la agranulocitosis por fenilbutazona.
                
- Reacciones de intolerancia o hiperergia
 
Se produce una reacción anormal en intensidad con una 
                  dosis mínima del medicamento, en ocasiones puede estar 
                  condicionada por una enfermedad intercurrente. Hay entidades 
                  características:
                  
                  – Los efectos farmacológicos excesivos observados con 
                  los anticoagulantes orales o la vitamina D.
                  
                  – Reacción de Jarisch-Herxheimer: se produce durante 
                  el tratamiento de enfermedades bacterianas entéricas, 
                  parasitosis, micosis y/o infecciones por espiroquetas. Clínicamente 
                  cursa con fiebre, edema localizado, exantema cutáneo, 
                  adenopatías, cefaleas, artromialgias y empeoramiento 
                  de lesiones cutáneas previas.
                  
                  – Exantema por ampicilina en la mononucleosis infecciosa: se 
                  presenta en el diez por ciento de sujetos normales y hasta en 
                  el 69 por ciento de los infectados por el virus de Epstein Barr, 
                  y otros cuadros virales o no.
                  
                  – Podrían incluirse aquí otras reacciones adversas 
                  causadas probablemente por una interacción entre un virus 
                  y un fármaco, como posiblemente sean el Sd. de Reye por 
                  ácido acetilsalicílico o la mayor incidencia de 
                  efectos adversos a medicamentos en pacientes con sida, claramente 
                  superiores a la observada con los mismos fármacos en 
                  otras condiciones.
                  
                  Otro síntoma característico de reacción 
                  de intolerancia es el temblor desencadenado por los beta-estimulantes.
                
- Reacciones de hipersensibilidad o alergia
 
Son reacciones en las que media un mecanismo inmunológico. 
                  Aproximadamente del cinco al diez por ciento de las reacciones 
                  imprevisibles son alérgicas. En general producen síntomas 
                  que no guardan relación con la dosis ni con los efectos 
                  farmacológicos, cesan al suspender el fármaco 
                  y necesitan un contacto previo con el fármaco, o con 
                  estructuras similares, para que se produzca la sensibilización.
                  
                  Se distinguen cuatro tipos según la clasificación 
                  de Gell y Coombs.
                
                                                        Tipo I. Reacciones alérgicas inmediatas mediadas 
                  por IgE
                  Se caracterizan por aparecer en los primeros 60 minutos tras 
                  la administración del fármaco, pueden manifestarse 
                  en forma de urticaria generalizada que se acompaña o 
                  no de edema con dificultad para la deglución o respiración 
                  si hay edema de glotis, en ocasiones pueden existir síntomas 
                  naso-conjuntivales o de broncoespasmo. La máxima expresión 
                  clínica es el shock anafiláctico que cursa con 
                  hipotensión y pérdida de conciencia. Una reacción 
                  anafiláctica compromete la vida del enfermo y aunque 
                  se conoce como se inicia no se sabe cual va a ser su evolución, 
                  por lo que la actuación médica debe ser rápida.
                  
                  Hay criterios clínicos que hacen sospechar un mecanismo 
                  de reacción inmediata, que deben ser conocidos por todos:
                  
                  1. Las manifestaciones clínicas no están relacionadas 
                  con los efectos del medicamento.
                  2. Son dosis independientes, mínimas dosis pueden desencadenar 
                  reacciones muy severas.
                  3. Siempre existe una tolerancia previa al fármaco o 
                  a fármacos estructuralmente afines, pues se necesita 
                  un periodo previo de sensibilización, también 
                  conocido como periodo de inducción.
                  4. Estos efectos son reproducibles con pequeñas dosis 
                  del fármaco, o fármacos de estructura química 
                  similar (reacción cruzada).
                  5 No hay síntomas si no hay contacto con el fármaco.
                  Aunque pueden producirse cuadros anafilácticos con cualquier 
                  fármaco, los implicados con mayor frecuencia son: penicilinas, 
                  cefalosporinas, insulina, dextrano, anestésicos, relajantes 
                  musculares, contrastes yodados, antisueros.
                
                                                               Tipo II. Reacciones dependientes de anticuerpos citotóxicos
                  Se producen por interacción de anticuerpos circulantes 
                  con antígenos farmacológicos unidos a membranas 
                  celulares, generalmente de células sanguíneas 
                  o del endotelio vascular. Activan la cascada del complemento 
                  produciendo lisis celular. En los tejidos, el antígeno 
                  farmacológico puede provocar la síntesis de anticuerpos 
                  contra el órgano, provocando una situación de 
                  autoinmunidad.
                  
                  Destacan dos tipos de reacciones:
                  
                  a) Hematológicas (anemia hemolítica con prueba 
                  de Coombs positiva, trombocitopenia, leucopenias, agranulocitosis).
                  b) Nefritis intersticial alérgica, cursa con exantema 
                  morbiliforme, fiebre, leucocitosis, eosinofilia, azoemia, piuria, 
                  eosinofiluria, cilindruria, hematuria, proteinuria.
                
                                                               Tipo III. Reacciones mediadas por inmunocomplejos circulantes 
                  que se forman entre el medicamento y el sistema de complemento
                  Suelen ocurrir en casos de permanencia del fármaco durante 
                  largo tiempo en la circulación sanguínea, lo que 
                  permite la producción de anticuerpos tipo IgG y la formación 
                  de inmunocomplejos circulantes pequeños que se depositan 
                  en los vasos sanguíneos y en el espacio extracapilar. 
                  Producen lesión por activación del sistema del 
                  complemento y quimiotaxis de leucocitos con liberación 
                  de enzimas proteolíticas. Las manifestaciones clínicas 
                  son:
                  
                  a) Vasculitis sistémicas y cutáneas: es la manifestación 
                  más típica de una reacción tipo III, su 
                  expresividad clínica es muy variable y puede ir desde 
                  un cuadro de urticaria, hasta una afectación multisistémica.
                  
                  b) Enfermedad del suero: hoy en día poco frecuente. Para 
                  el diagnóstico deben estar presentes al menos dos de 
                  las siguientes manifestaciones:
                  
                  1. Erupción cutánea, siendo la más común 
                  la urticaria o angioedema, pero también puede manifestarse 
                  como exantema o eritema multiforme.
                  2. Artralgias, siendo preferente la afectación de grandes 
                  articulaciones.
                  3. Linfadenopatía, que puede ir acompañada de 
                  esplenomegalia.
                  En sangre periférica puede haber eosinofilia y plasmocitosis. 
                  Generalmente cursa con fiebre. Las manifestaciones clínicas 
                  aparecen entre 6-20 días si no hay sensibilización 
                  previa y de 12-36 horas si existe sensibilización previa. 
                  Se ha descrito sobre todo con penicilinas de acción prolongada, 
                  sulfamidas, tiouracilo, y con menos frecuencia con hidantoína, 
                  cefalosporinas o dextranos.
                  
                  c) Lupus eritematoso sistémico inducido por fármacos: 
                  es más frecuente en varones, cursa sin afectación 
                  renal, disfunción neurológica central y rara vez 
                  con leucopenia y trombocitopenia, aunque sí puede haber 
                  aumento de VSG y anemia. No se observa hipergammaglobulinemia 
                  y es rara la hipocomplementemia, existen anticuerpos frente 
                  al DNA desnaturalizado o a la histona.
                
                                      Tipo IV (celular): reacción de tipo tardío 
                  mediada por células (linfocitos T)
                  El antígeno sensibiliza los linfocitos y produce su activación, 
                  la liberación de linfoquinas y la necrosis hística.
                  
                  El prototipo de este grupo es la dermatitis de contacto. Al 
                  igual que otras manifestaciones alérgicas, precisa de 
                  un periodo previo de sensibilización. Es característica 
                  la localización de las lesiones, lo que hace sospechar 
                  el cuadro.
                  
                  También se produce por este mecanismo la ictericia por 
                  halotano.
                  
                  Otro tipo de reacciones son los granulomas locales, la hiperemia 
                  conjuntival e infiltración corneal por colirios, etc.
                
Reacciones pseudoalérgicas
                  Son reacciones que se manifiestan clínicamente de forma 
                  similar a las reacciones alérgicas inmediatas, pero en 
                  las que no media un mecanismo inmunológico. Se desencadenan 
                  por una liberación inespecífica de histamina desde 
                  basófilos y mastocitos.
                  
                  Es el caso de opiáceos, dextranos, ácido acetilsalicílico, 
                  algunos medios de contraste y relajantes musculares.
                
Reacciones tipo C: Continuous: continua, están 
                  relacionadas con el tratamiento prolongado con un fármaco. 
                  Generalmente cursan como reacciones de dependencia o de taquifilaxia 
                  y son previsibles.
                  
                  En el primer caso se crea una conducta condicionada que lleva 
                  a la utilización del fármaco tanto para alcanzar 
                  un efecto positivo como para evitar el síndrome de abstinencia. 
                  La taquifilaxia supone la necesidad de incrementar la dosis 
                  para alcanzar el mismo efecto terapéutico, este efecto 
                  es típico de los fármacos adrenérgicos. 
                  Son también fenómenos adaptativos las discinesias 
                  en tratamientos prolongados con levodopa y con neurolépticos.
                  
                  Los tratamientos prolongados pueden además producir depósitos 
                  de los fármacos en diferentes tejidos, las tetraciclinas 
                  en el hueso, las sulfonamidas en los túbulos renales, 
                  la amiodarona en la córnea. Otros ejemplos son la nefropatía 
                  por analgésicos o el hipotiroidismo con amiodarona.
                
                  
Reacciones tipo D: Delayed: retardado, también 
                  se denominan retardadas, aunque no hay que confundir con lo 
                  que se conoce como reacción tardía. Pueden empezar 
                  a desarrollarse al inicio del tratamiento, pero sólo 
                  se ponen de manifiesto a largo plazo. Los ejemplos más 
                  representativos son la teratogénesis y carcinogénesis. 
                
Carcinogénesis
                  Muchos productos químicos tienen capacidad de provocar 
                  el desarrollo de cáncer, por tanto, no es extraño 
                  pensar que los fármacos puedan presentar problemas en 
                  el mismo sentido.
                  
                  
                
Teratogénesis
                  Algunos fármacos, sobre todo si son liposolubles y con 
                  un porcentaje de unión a las proteínas plasmáticas 
                  bajo, son capaces de atravesar la barrera placentaria y actuar 
                  sobre el feto. Por tanto, pueden producir efectos tóxicos 
                  y/o teratogenia. Como consecuencia, también es obligado 
                  realizar una investigación exhaustiva pre-clínica 
                  para evaluar la capacidad teratogénica de cualquier medicamento.
El mayor riesgo de producir alteraciones importantes en el desarrollo 
                  existe en el primer trimestre del embarazo, sobre todo en las 
                  primeras ocho semanas, periodo en el que es posible que se estén 
                  tomando fármacos desconociendo la existencia de un embarazo. 
                  Por tanto, en edad fértil, en mujeres que deseen un embarazo, 
                  al prescribir un medicamento habrá que tener siempre 
                  presente esta posibilidad. Deben evitarse por su efecto teratógeno 
                  demostrado en el ser humano los siguientes fármacos: 
                  aminopterina, andrógenos, gestágenos, talidomida, 
                  retinoides, dietilbestrol, warfarina, trimetadiona, tetraciclinas 
                  y alcohol. Debe valorarse el cociente beneficio-riesgo con los 
                  agentes alquilantes, los antimetabolitos, antiepilépticos, 
                  inhibidores de la enzima de conversión de la angiotensina 
                  y el litio.
                  
                  Al final del embarazo es posible que se produzcan alteraciones 
                  funcionales no visibles de diferentes órganos que se 
                  manifiesten en un tiempo variable posterior al nacimiento. Fármacos 
                  que deben evitarse en el tercer trimestre del embarazo son los 
                  aminoglucósidos, tetraciclinas, sulfamidas, anticoagulantes 
                  orales, ácido acetilsalicílico, yodo radiactivo, 
                  yoduros, antitiroideos, sulfonilureas, quinina, cloroquina y 
                  reserpina. Deben utilizarse con precaución en este periodo 
                  los anestésicos generales y locales, opiáceos, 
                  fenobarbital, benzodiazepinas, fenitoína, beta-bloqueantes, 
                  beta-adrenérgicos, sulfato magnésico, tiazidas, 
                  diazóxido, litio, fenotiazinas y corticoides.
                
                  La FDA ha establecido una clasificación según 
                  la cual los fármacos se dividen en cinco categorías, 
                  dependiendo del riesgo de toxicidad fetal:
                  
                  – Categoría A: estudios controlados realizados en mujeres 
                  no han demostrado riesgo para el feto durante el primer trimestre 
                  (y no existe evidencia de riesgo durante trimestres posteriores) 
                  y la posibilidad de teratogénesis parece remota.
                  – Categoría B: los estudios realizados en animales no 
                  han mostrado riesgo teratogénico para el feto pero no 
                  existen estudios controlados en mujeres embarazadas o cuando 
                  los estudios realizados en animales han mostrado un efecto adverso 
                  (diferente que un decremento en la fertilidad) que no se ha 
                  confirmado en estudios controlados de mujeres embarazadas durante 
                  el primer trimestre (y no existe evidencia de riesgo en trimestres 
                  posteriores).
                  – Categoría C: los estudios realizados en animales han 
                  mostrado efectos adversos en el feto (teratogénicos, 
                  embriocidas u otros) y no existen estudios controlados en mujeres 
                  o no existen estudios disponibles ni en mujeres ni en animales. 
                  Sólo deben administrarse si el beneficio potencial justifica 
                  el riesgo para el feto.
                  – Categoría D: existe una clara evidencia de teratogenicidad, 
                  pero el beneficio de su uso puede ser aceptable a pesar del 
                  riesgo (por ejemplo, si el fármaco es necesario en una 
                  situación límite o para una enfermedad grave en 
                  la que fármacos más seguros son inefectivos o 
                  no pueden usarse).
                  – Categoría X: estudios en animales o humanos han demostrado 
                  anomalías fetales o hay evidencia de riesgo teratogénico 
                  basado en la experiencia humana, o ambos, y el riesgo de uso 
                  en la mujer embarazada claramente supera un posible beneficio. 
                  Contraindicados en mujeres que están o pueden quedarse 
                  embarazadas.
                  
                  La categoría A incluye fármacos seguros, la B 
                  comporta un riesgo ligeramente mayor pero también pueden 
                  utilizarse durante el embarazo con relativa seguridad. La categoría 
                  C engloba fármacos con mayor riesgo aunque sólo 
                  se ha demostrado teratogenicidad animal, y la D incluye fármacos 
                  con riesgo fetal confirmado. En ambos casos deben utilizarse 
                  únicamente si el beneficio supera al riesgo. Los fármacos 
                  contraindicados constituyen la categoría X, puesto que 
                  su beneficio en ningún caso supera el riesgo fetal.
                  
                  Los efectos teratógenos pueden manifestarse de diferentes 
                  formas:
                  
                  – Infertilidad: la mutagénesis de las células 
                  germinales produce infertilidad.
                  – Muerte: algunos fármacos pueden producir abortos espontáneos 
                  y muerte perinatal (aminopterina). Los abortos en estadios precoces 
                  del embarazo puede manifestarse como infertilidad.
                  – Alteraciones del crecimiento fetal.
                  – Alteraciones del desarrollo, tanto con manifestaciones morfológicas, 
                  bioquímicas como alteraciones de la conducta.
                  – Efectos diferidos: entre los que se incluirían alteraciones 
                  genéticas, incluida la carcinogénesis, efectos 
                  sobre la conducta o sobre la capacidad reproductiva.
                  Reacciones tipo E: End-use son las que se producen cuando 
                  cesa un tratamiento, el conocido "efecto rebote", 
                  es decir el síntoma por el que se había iniciado 
                  el tratamiento, al suspenderlo, aparece de forma más 
                  acentuada. Un ejemplo muy demostrativo de efecto rebote es la 
                  obstrucción nasal que se desencadena al suspender el 
                  tratamiento con vasoconstrictores tópicos o el espasmo 
                  coronario tras suspender la administración de nitratos.