28 de julio de 2011

Las actividades autogeneradas. J. Casajuana Brunet

1. Dejar de hacer las actividades innecesarias. Los “controles” sistemáticos reiterados no aportan valor añadido al proceso de atención al paciente. Hemos llegado a creer que un hipertenso bien controlado es aquel que presentaba cifras tensionales más o menos adecuadas en sus 6, 8 o 12 controles anuales en el centro de salud, cuando eso, en realidad, es un hipertenso dependiente. Un hipertenso bien controlado es aquel que conoce los objetivos terapéuticos (cosa infrecuente), que se controla las cifras por su cuenta (automedida, farmacia, empresa...), y que si en un momento dado se encuentra de forma reiterada con cifras por encima de los valoresobjetivo, se pone en contacto con nosotros para tomar decisiones. Es necesario, pues, replantearse los controles de crónicos, racionalizarlos adecuadamente y eliminar de las consultas todos los que son superfluos, es decir, la mayoría.
2. Utilizar el teléfono cuando sea posible....es un buen instrumento-accesibilidad sin cita previa -para gestionar nuestra actividad, por ejemplo para el propio control de los pacientes crónicos. La entrega de resultados de análisis u otras pruebas complementarias también puede hacerse de este modo, evitando así que el paciente si no es necesario, acuda a la consulta, y optimizando el tiempo de ambos.
3. Compartir con enfermería una mayor parte de la actividad asistencial.
El trabajo del profesional de enfermería en los EAP se ha centrado mucho en actividades muy concretas
(técnicas, crónicos, atención domiciliaria...) que limitan la población diana de enfermería. Existe evidencia suficiente para proponer desarrollos de la actividad de enfermería en la línea de una mayor implicación en tratamiento y resultados de los pacientes crónicos (más allá de los simples controles y la educación sanitaria).

 Existen abundantes experiencias que muestran que enfermería obtiene unos altos índices de resolución en estas patologías con mayor satisfacción de los pacientes. En esta misma línea, se han puesto en marcha hace unos años en el Reino Unido centros de urgencias atendidos exclusivamente por personal de enfermería.
Todas estas propuestas resultan simples en su exposición, discutibles en cuanto a su argumentación y complejas en cuanto a su implementación. Sin embargo, lo que no parece discutible es la necesidad de cambios de calado en el funcionamiento de nuestros equipos. Y buena parte de estos cambios dependen del liderazgo que para ello ejerzamos los propios profesionales.